Lecturas básicas para cualquier arquitecto
La arquitectura se crea, se usa y se contempla. Sin embargo, también se lee y hay ciertas lecturas para arquitectos más que interesantes.
Son innumerables los libros de arquitectura, ensayos, artículos e incluso poesía dónde aparecen referencias. Sobre todo porque también es espectadora de nuestras etapas humanas. Asimismo, la arquitectura es capaz de narrar, quizás no con mucho detalle, el cómo y el porqué de las manos que en su tiempo la idearon.
Cuando la convertimos en un elemento etnográfico, sus horizontes de estudio se amplían infinitamente y se convierte en interesante para todos. Al fin y al cabo, no hace más que describirnos y definir la cultura de cada lugar. Cuando viajamos, sin saberlo, vamos en búsqueda de la historia de la arquitectura.
Es por ello que queremos dedicar un pequeño alto en el camino para repasar dos textos que consideramos absolutamente imprescindibles como lecturas para arquitectos.
Ornamento y delito (Adolf Loos)
Atemporal e incisivo, Adolf Loos reflexiona sobre el ornamento y su evolución histórica. Compara el hombre moderno con el del siglo XV, incluso con el de los poblados indígenas indonesios, los Papúas. Esta comparación de épocas le sirve como medio para reflexionar sobre el ornamento y su significado más profundo. Sobre todo lo que oculta éste.
En un claro discurso en pro de la sencillez y de la erradicación de lo innecesario. Loos llega así a considerar el ornamento como fuerza de trabajo desperdiciada. Proclama también que, bajo su punto de vista, la ausencia de ornamentación simboliza fuerza espiritual.
Entre las líneas de estas lecturas para arquitectos se esconde una frase que define la sociedad de hoy en día, y en concreto el ámbito del interiorismo y la arquitectura.
“Si todos los objetos pudieran durar tanto desde el ángulo estético como del físico, el consumidor podría pagar un precio que posibilitara para el trabajador ganar más dinero y tuviera que trabajar menos.”
Sin duda, una perspicaz crítica a las modas y al sistema de consumo que hemos creado. En este sistema, las modas permiten aumentar las ventas de productos de menor calidad, ya que no tienen la necesidad de perdurar en el tiempo. Una apuesta a la vez por la calidad y la atemporalidad.
No podemos estar más de acuerdo con la filosofía de la calidad y la durabilidad. De hecho, pensamamos también que la sencillez de nuestros espacios se convierta en el verdadero ornamento.


Estética del ingeniero, arquitectura (Le Corbusier)
Contextualizado en el año 1923, donde Le Corbusier consideraba que la arquitectura pasaba por un momento de decadencia por perder sus valores eternos, se publicó Vers une Architecture. De estas lecturas para arquitectos se extrae el fragmento que presentamos a continuación. A pesar de esta decadencia a la que Le Corbusier se refiere, él mismo también entreveía un nuevo panorama; el de la nueva cultura de máquina, donde aparecían las primeras alusiones de un correcto lenguaje moderno.
Era entonces para Le Corbusier una gran oportunidad y reto para mediar entre lo eterno y esta nueva etapa. De esta manera, se daba forma y base a la arquitectura moderna.
En su fragmento, a modo de índice e incluso de listado, sin demasiada literatura, reflexiona sobre la estética del ingeniero, la estética de lo eterno para los ingenieros modernos.
Divide su texto en títulos concisos que contienen subtítulos y escuetas definiciones; Tres advertencias a los arquitectos, Los trazados reguladores, Ojos que no ven, Arquitectura y Casas en serie.
En estos párrafos se puede observar la voluntad de Le Corbusier de no perder los valores tradicionales. Pero, también, la capacidad de comprensión y análisis del momento que pasa la arquitectura y del inminente cambio en sus metodologías.